En mi primera semana de confinamiento escribí 12 reflexiones sobre «mis 7 primeros días en Gran Hermano».
Tres semanas después, ataco de nuevo.
Si no te apetece una mierda leerlas (créeme que lo entiendo) te pido, por favor, que leas sólo la segunda. Es la más larga pero la más importante y tiene que ver con una «epifanía» que he tenido estos días…
Aquí van mis 14 nuevas reflexiones que se suman a las anteriores.
1- Mi primera reflexión tiene que ver con el agradecimiento. Soy consciente de que muchos de vosotros habéis apoyado la promo de la semana pasada por cariño/amor/solidaridad a este Proyecto.
Muchísimas gracias.
Y muchas gracias a todos los que con vuestros mensajes os habéis interesado, de corazón, por Minimae.
Por este motivo (y porque no hemos salido aún del confinamiento), ampliamos el plazo de la promo (Tres iconos del diseño por el precio de uno. 35 €) hasta el 13 de abril a las 23:59 horas.
Esta primera reflexión demuestra que el Coronavirus saca lo mejor de las personas. Sé que también puede sacar lo peor pero prefiero quedarme con lo primero.
2-. He tenido una epifanía y tiene que ver con el Cambio Climático.
Antes de nada decirte que estoy bastante alejado de la imagen de un activista pro Cambio Climático.
Hasta la fecha he reciclado «de aquella manera», me cae mal Greta Thunberg e, incluso, me he permitido pensar que lo del «calentamiento global» era una exageración.
El coronavirus lo ha puesto todo en su sitio.
Si un bichito es capaz de encerrarnos en casa meses, imaginaos los estragos que puede provocar el cambio climático.
No hablo de Greta. Los científicos más relevantes del mundo lo han proclamado a los cuatro vientos.
Todos lo sabemos pero nadie quiero verlo porque a nadie le gusta rebajar varios grados su calidad de vida.
Lo curioso es que alguno de los «negacionistas» del coronavirus son también los que niegan el calentamiento global.
Le deseo una pronta recuperación a Boris Johnson, el mismo que se negaba a ver la devastación del coronavirus, el mismo que dijo, y cito textualmente: «No me gusta pasar calor en diciembre pero esto nada tiene que ver con el calentamiento global».
Ojala la UCI le sirva para reflexionar.
Trump negaba el coronavirus recomendando la vacuna de la gripe a los científicos y niega el cambio climático. De este me cuesta más que tenga su particular epifanía.
De Xi Jinping, prefiero no opinar.
Si me preguntas cómo solucionar este entuerto te diré que no tengo ni la más remota idea.
También te diré que no soy el más listo de la clase.
Es momento de grandeza política, de rodearnos de los mejores y, lo más importante, de hacerlos caso.
3- Podemos vivir con mucho menos. Tenemos muchísimo margen hacia «abajo» para seguir siendo igual de felices o desgraciados.
4- Me indigna que a los políticos (incluso a alguno jubilado) se les haga el test del coronavirus, sin escatimar, y que para millares de sanitarios en primera línea no haya ni una puñetera mascarilla.
5- Esto no es una guerra. (Aunque a veces lo parezca). No caen bombas, nos podemos hinchar a ver Netflix y podemos salir de la cuarentena con 5 kilos de más.
6- Me centro más en la oportunidad de esta situación que en el peligro. «Crisis» en Japonés se divide en dos caracteres: 危機 uno significa peligro, el otro, oportunidad.
Los japoneses tienden a centrarse en la oportunidad. Aquí, a las crisis, solemos ver solo los peligros.
7- Creo que el confinamiento me está haciendo un buen chico :)) Me levanto muy pronto, leo filosofía (como lo oyes), hago mucho ejercicio, apenas veo la televisión y el día que salgamos de esta me tomaré con Amalita unas copas de buen vino. Mientras dure la cuarentena fuera alcoholes. Mis autoprivaciones raras. (Y mira que me gusta el vino…)
8- En mi particular lucha por mejorar me he topado con la Teoría de las 66 repeticiones (University College of London. Publicado en European Journal of Social Psychology, en 2010).
El extensísimo estudio viene a decir que para cambiar un hábito debe repetirse una media de 66 veces. Es mucho esfuerzo pero se puede cambiar TODO.
9- Es imposible ponerle puertas al campo. Si dejas a un niño de 4 años solo con un ordenador delante y tu post a punto de terminarse, olvídate de él. Apretará la tecla delete al menos 66 veces. No tengo ningún derecho a enfadarme. Al menos con Elenita. Conmigo sí.
10- Sigo con los niños: «el ejemplo no es una forma de influir en los demás; es la única«. No puedo pedir a mis hijas que no se enganchen a «las pantallas» si estoy todo el día mirando el móvil. Y así con todo y con todos.

11- Y termino con los niños. He descubierto que saben y tienen capacidad de hacer muchas más cosas (buenas y malas) de las que imaginaba.
12- La vitamina D es muy importante. Si tienes una ventana por la que entre el sol, tómalo. Sin miedo. Si tienes una terraza, te envidio. Si tienes un jardín, no nos lo restriegues por la cara 🙂
Si no tienes nada, hazte con un complejo vitamínico.
13- El mundo no volverá a ser igual. Ni nos saludaremos de la misma forma ni trabajaremos de la misma manera. El teletrabajo es una realidad. Contamina menos, es eficiente y queda claro que «se puede» y más si no hay niños delante apretando delete.

14- Me reservo mi última reflexión para próximas entregas ¿Cómo podemos salir de esta? Otro mensaje de optimismo: tal y como lo veo yo, también se puede…
Bonus track 15: Es la primera vez que los hijos nos hemos convertido en padres de nuestros padres. (No es una reflexión mía, es de Rebeca Alcántara. Ha inundado las Redes Sociales estos días así que posiblemente la hayas leído ya).
Os dejo su magistral artículo:

Y recuerda: hasta el lunes 13 de abril de 2020 a las 23:59 h podrás hacerte con la super promo de tres Iconos del diseño al precio de uno.
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