Tanto Derek Overfield como Eden Some, ambos artistas Minimae, tienen un estilo que provoca sensaciones dispares dependiendo de los ojos que miren. Sin embargo, Cristina Ripper (Rio de Janeiro, 1963) enamora a primera vista.
Esto no lo he sabido hasta ahora. Cuando Ana G. mi asesora artística, me escribió hablándome de ella, me enamoré al instante. Pero también causaron el mismo efecto las obras de Derek y Eden Some. El enamoramiento generalizado que provoca Ripper lo he descubierto ahora, cuando mi entorno, amigos y seguidores de Minimae, han descubierto a los tres primeros artistas que escondía la web. Unos apuestan por Derek y no les encaja el tenebrismo de Some, a otros les apasionan los ambientes de Some pero no acaban de ver en sus paredes a Derek Overfield. Sin embargo, todos, y lo escribo con absoluta franqueza, me hablan maravillas de Cristina Ripper.
En los anteriores posts he hablado de cómo Derek Overfield y Eden Some tienen un larguísimo recorrido en el mercado del arte. Pero con Cristina no voy a hablar de dinero o al menos no de cuanto vas a ganar si inviertes en ella. Cuando te enamoras y ese amor lo comparten muchos otros, hablar de esto suena casi a sacrilegio.
Y como me gusta provocar voy a contarte
los 5 motivos por los que alguien NO debería adquirir un Cristina Ripper.
– Si crees que el arte abstracto es un engaña bobos, que «eso lo haría yo», que Picasso, Gris o Miró no sabían distinguir entre un ojo y una nariz… no inviertas en Cristina. Las mires por donde las mires, las obras que tenemos de Ripper en Minimae, son abstracción pura. Si estuviera leyendo esto mi asesor y amigo Luis me diría: «pero la abstracción también transmite». Desde luego, Luis, por eso escribo el segundo punto.
Óxido. Cristina Ripper. Marco Heredero de Crispín
– Si crees que el arte abstracto no es capaz de emocionar, no inviertas en Cristina. Te lo digo de corazón, Cristina Ripper es emoción en estado puro a pesar de que sea abstracta, a pesar de que no entiendas nada al verlo, si no sientes algo, lo que sea, no la compres. He apuntado los calificativos que mi entorno ha dedicado a su obra: equilibro, dualidad, amor, belleza, armonía, sencillez, hogar, mar, naturaleza, viaje… ¿ Pero dónde veis todo eso, si es pura abstracción? insisto, párate a observarla y espera.
– Si crees que el tamaño SI importa, estas obras de Cristina no son para ti. Dos son de tamaño medio,(Circles and stones y Sepia, esta ya vendida) las restantes, según que ojos miren, pequeñas. Soy un fiel defensor de las obras de formato pequeño. No creo, además, que haya que buscar un «cuadro para rellenar una pared». Las buenas obras, sobre todo las pequeñas, encuentran sus paredes, sus cobijos, ellas solas. ¿O desecharías la Gioconda de Leonardo, la Lechera de Vermer o el retrato de Góngora de Velázquez porque son pequeñas? Las obras de Cristina son joyas en sí, (mucho más grandes si las comparamos con el diamante más grande del mundo), encuentran su sitio, resaltan por encima del resto, se dejan ver aunque la escondas en el lugar más recóndito de tu casa. Tengo un Ripper en casa tamaño pequeño. Cuando el otro día mi amigo Fran acercaba la punta de nariz al cuadro y no se separaba de él, me di cuenta de la grandeza de la artista.
La Lechera. Johannes Vermeer. 45 cm x 41 cm. Rijksmuseum. Ámsterdam
– Si crees que la combinación de colores de las obras de Cristina, están «chupadas», que como con el arte abstracto, «lo harías tú», permíteme que insista: pasa de ella, El color es como el flash en la fotografía. Si no sabes utilizarlo, la pifias. Eso sí como lo controles…ay amigo como lo controles… La lucha de los artistas por el color ha sido tortuosa. Pau Klee llegó casi a enloquecer en su búsqueda, Van Gogh enloqueció, otros muchos se quedaron en el camino. No comparo a Cristina con nadie, menos con los grandes, pero ella tiene el don del color.
detalle de la obra de Cristina Black, blue, grey and brown
– Si aprecias el valor de las cosas sólo por lo que cuestan, olvídate de Cristina. Encontrar a Cristina al precio de Cristina es una de las mayores heroicidades que he hecho. Cristina es muy buena (a pesar de que es abstracta :)) emociona, tiene el don innato del color, maneja a la perfección lo que quiere transmitir en su obra…lo tiene todo para valer un pastón y sin embargo… eureka. ¡Encontré la aguja en el pajar!
Un último apunte. Ripper nació en Río de Janeiro pero su hogar, ahora, está en Sintra, Portugal. Cuando aplica en sus obras el color azul, lo elige de un azul intenso, como el océano atlántico que han visto siempre sus ojos. Río, Sintra, no se parecen, pero comparten en común el mismo tono de mar y ese nexo de unión acompaña a Cristina en la mayoría de sus obras.
Así que, si quieres llevarte un pedacito de océano, un joya de Sintra o Río de Janeiro, no dudes en pasarte por Cristina Ripper. Sus obras están deseando ser adoptadas por alguien que, como tú, las sepa apreciar.
Blue. Cristina Ripper.
Vídeo promocional de Cristina Ripper en Minimae. Producción: Instantanea y Tomaprimera
Sepia. Cristina Ripper. Obra vendida
Marrón, sepia y azul. Cristina Ripper. Marco Heredero de Crispín.
Linear, Circles and bubles. Cristina Ripper.
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Paco dice
Pues me encanta el talento blue o blues de esta Señora Riper, que por tener tanto talento como Mr. Ripley, No-No voy a invertir en ella.
MINIMAe dice
me parece muy bien que hagas caso al post ☺